agosto 22, 2009

De locura, paranoia, esquizofrenia y familias autoritarias: el caso de un enfermo de nervios



Daniel Paul Schreber nació en 1842, en Alemania y en el seno de una familia burguesa protestante. Estudió leyes y pronto se convirtió en un importante miembro del poder judicial de aquella época. El juez Schreber enloqueció a los 42 años, pasó 13 años en hospitales mentales y ahí murió. Los psiquiatras y psicoanalistas lo consideran un caso clásico de PARANOIA Y ESQUIZOFRENIA.

El factor más importante por el que el juez Schreber se ha convertido en uno de los casos más citados y estudiados por la psquiatría es porque durante su enfermedad y su estancia en hospitales psiquiátricos escribió MEMORIAS DE UN ENFERMO DE NERVIOS. En esta obra el juez describió sus alucinaciones y delirios (que para él no lo eran). Lo interesante de esto es que la locura que se describe en su libro no proviene de un agente externo como CASI siempre sucede, sino que la descripción proviene desde adentro, desde el punto de vista del enfermo, del LOCO. Esto lo hace grandioso (no me digan que no), porque uno de los grandes problemas de la psicología es que generalmente la idea de que alguien está mentalmente enfermo nos faculta para invalidar lo que dice, entonces se es ignorado totalmente. Es también curioso leer como ciertas experiencias que tenía este señor y que son adjudicadas a su condición de esquizoide se parecen a experiencias que en culturas pasadas provenían o tenían un origen sobrenatural y eran propias de “especialistas de lo sagrado”, de chamanes y hechiceros.

SÍNTOMAS. Schreber cree que es perseguido y acosado por lo que él llama los “RAYOS” de Dios, estos rayos son los nervios del SER SUPREMO. Entonces cree que Dios se encuentra en una incesante persecución que se encargará de aniquilarlo y destruirlo y es en su cuerpo y en su mente donde esta persecución se manifiesta a través de intervenciones divinas que él llama “MILAGROS”.

Aparte de los rayos, otro de los síntomas de este personaje consistía en recurrentes pensamientos de VOLVERSE MUJER. Él escribe “Un día, hallándome todavía en la cama tuve una sensación que, al rememorarla estando por completo despierto, me perturbo de la manera mas extraña. Era la idea de que, a pesar de todo, debía ser algo singularmente agradable ser una mujer al momento del coito. Esta idea era tan ajena a toda mi naturaleza que si me hubiese asaltado estando yo en mi plena conciencia, la habría rechazado con indignación.”

El juez sin duda se sentía avergonzado por esta idea, sin embargo, poco a poco va adoptando una actitud femenina ante Dios pues empieza a creer que es LA MUJER DE DIOS, es este mismo el que le reclama su transformación por lo que tiene que apechugar. Y así escribe: “Cualquiera que me viera con el torso desnudo ante un espejo, sobre todo si contribuyo a la ilusión poniéndome algún atuendo femenino, tendría la indudable impresión de ver el busto de una mujer” Mas tarde dice. “Es pues mi deber, ofrecer a los rayos divinos la voluptuosidad y el goce que esos rayos buscan en mi cuerpo”

¡Ay nanita! Bueno, para no hacerles el cuento más largo y acatando los formatos de este gran blog pasemos a las causas de estos síntomas. Haciendo una revisión del pasado de nuestro querido juez nos encontramos con que venía de una FAMILIA muuuuy particular. Su padre, Daniel Gotlieb Mortiz Schreber, fue un destacado médico y pedagogo alemán. El PADRE pensaba que se vivía en una época caracterizada por ser “muy blanda” y “decadente” y que todo esto tenía su origen en la educación y la disciplina que recibían los niños. Entonces Don Daniel se propuso combatir todo esto mediante la creación de un sistema de educación infantil que lograría salvar a los niños de toda DECADENCIA física, mental y moral. Sin embargo, su sistema se puede reducir fácilmente: “el fin último era hacer a los niños obedientes y sumisos a los adultos. Aplicó a la educación de los niños los mismos principios básicos que los REGÍMENES TOTALITARIOS, seculares y religiosos.”

Se trataba de SUBORDINAR la voluntad y deseos del niño. El niño era visto como un pequeño criminal que no podía tener voz. Aquí un párrafo del padre: “Cada DESEO prohibido ha de rechazarse firme y tenazmente mediante una negativa incondicional. Sin embargo, no basta únicamente con negar un deseo; hay que procurar que el niño reciba esta negativa con calma, y si fuese necesario, hacer que esta tranquila aceptación se convierta en un hábito firme empleando una palabra enérgica o una amenaza”.

Total, el papá también hizo como un manual de métodos para lograr el pleno desarrollo FÍSICO de los chicos. Se inventaba baños calientes, aparatos para corregir la postura, aparatos para dormir correctamente, para impedir que la cabeza del niño se inclinara, etc. etc. Casualmente los “rayos” de Dios que percibía el juez en determinadas zonas del cuerpo COINCIDÍAN con las partes del cuerpo a las que su padre se enfocó en su plan integral.

Por ejemplo, para evitar que los niños anduviesen “cargados de hombros”, Don Daniel recomendaba el empleo de CORREAS para los hombros y se inventó una que le cruzaba la espalda y el pecho al niño y se los aplastaba. Más tarde, el hijo escribe, ya alucinando: “Uno de los milagros más horribles era el llamado milagro de la comprensión del pecho…Consistía en la compresión de toda la pared del pecho, de manera que el estado de opresión causado por la falta de aliento se transmitía a todo mi cuerpo.”
Miles ejemplos podría yo escribir pero no puedo más. Los principios autoritarios con los que crecieron los niños de la familia de este “destacado” pedagogo, por nada del mundo crearon niños excelentes, libres y mental o moralmente sanos. El segundo hermano del juez se suicidó y su hermana se convirtió también en una enferma mental. Que mal! En fin, lo del juez convirtiéndose en mujer de Dios tiene que ver con una relación homosexual hacia su padre jeje, algo así.... ya ven ese Freud. Eso ya será pa’ luego.

Al respecto, les recomiendo la lectura de. “El asesinato del alma: la persecución del niño en la familia autoritaria”.

Ahhh! Por cierto, el Dios del cual el juez Schreber escribía era su papá, pero nunca de los nuncas lo quiso descubrir y/o aceptar… así si funcionan los Estados autoritarios! este es un ejemplo llevado al extremo, pero yo creo que en TODAS nuestras familias hay un poco de esto, ñaca ñaca. ¡Hasta la próxima!

5 comentarios:

  1. Qué mello!!! muy interesante... gracias!

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  2. Vecina.... Es una historia muy interesante, ue además tiene mucho sentido....

    FELICIDADES... sigue subiendo ese tipo de cosas.

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  3. uórales!!! buena historia, ahora comprendo mejor a mi famlia... hace poco mi cuñada me recomendó un libro que supuestamente está escrito por un tipo igualito (éste es novela, pero la idea es la misma). Al rato le pregunto cómo se llama y les paso el dato

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  4. mejor pasa a la cuñada :P

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