Amante de la libertad, se formó en estudios religiosos y jurídicos en el Seminario Conciliar de la ciudad de México.

Fue arduo defensor de la Constitución de 1857, difundiendo las nuevas ideas desde los periódicos de la época: “La Luz de los Libres”, “La Idea”, “El Horóscopo” y “El Constitucional”, reflejaron sus convicciones, en muchas de sus líneas.

Pero no solamente peleó desde el papel. Participó del frente de batalla, como Teniente Coronel, del cual se retiró en 1861, con un pie mutilado por una bala de cañón.

Escribió muchos poemas, entre los cuales se destacan: “A Inés Nataly”, “A Loreto”, “A Rosa”, “A una actriz”, “Hojas secas”, “Lejos de ti”, “No te olvido”, “Una lágrima”, “A Baco” y “Abrojos”.

Fue sencillo, pobre, soñador y luchador empedernido. Tuvo tres hijos, quienes no heredaron de su padre nada material.

Su fallecimiento se produjo el 26 de agosto de 1882. Sus restos descasan en el panteón del Tepeyac (Villa de Guadalupe).