¿Qué pasa con Luz y Fuerza del Centro?

Como todos ya debieron de haberse enterado, el gobierno de facto decidió el pasado 10 de octubre, tomar las instalaciones de LyFC, e inmediatamente después publicó un decreto en el Diario Oficial de la Federación donde se establece su desaparición oficial. Todo bajo el argumento de que la empresa es financieramente insostenible, que se le invierten más de 40 mil millones de pesos al año, que sirve para ni madres, etc. Pues aquí mi punto de vista, para los que no habían podido salir a la calle sin antes conocerlo...

En primer lugar, no me he metido a buscar la veracidad de las cifras y ni lo voy a hacer porque ando algo ocupado, pero aún asumiendo que éstas están infladas, sí es cierto que la empresa no es autosuficiente, que se le tienen que inyectar cantidades importantes de dinero. También es cierto que en general, el servicio es déspota, ineficiente, con cobros irregulares. Que la CFE es, según una fuente michoacana digna de toda mi confianza y amores, más eficiente, financiera y técnicamente hablando, por lo que la existencia de otra paraestatal que cubra sólo una pequeña porción del país pareciera absurda. Tampoco podemos negar que el sindicato de electricistas no es transparente, pero sí muy oneroso. Todo eso es verdad, es poco defendible; sin embargo no son éstos los motivos por los que se decidió cerrar la empresa, son sólo los pretextos que nos hacen saber para no generar un mayor rechazo.

Si lo que se busca es un menor gasto y combatir a los sindicatos corruptos y disfuncionales, no se habría otorgado el aumento salarial del 26 % a los trabajadores de la industria del petróleo, tal y como sucedió hace un par de semanas. Ni se estuviera apoyando a Elba Esther y su sindicato en todo lo que proponen, ni a los del sector salud, ni a los trabajadores del Estado...

Si el problema era tecnológico, al ser tanto LyFC como la CFE 2 empresas paraestatales en un sector donde no existe competencia, bien pudieron aplicar un programa de transferencia de tecnología de una empresa a la otra, e incluso pensar en la paulatina incorporación de una a la otra. El haber desaparecido LyF, tener que liquidar a decenas de miles de empleados (según Carstens, con un costo de 20 mil millones de pesos) y recontratar sólo a unos cuantos no me parece lo más adecuado.

Las cosas no van por ahí. A lo que apostaron FeCal y sus asesores es a desmantelar un importante punto de organización dentro de la izquierda, queriendo dejar en claro que la disidencia y la oposición se castigan con la fuerza; y que siguen empeñados en defender el modelo económico que se ha aplicado en el país por 25 años. El primer punto no necesita mayor explicación, pero el segundo probablemente sí.

Desde De la Madrid, la política económica favorece la entrada de capital extranjero, el control de la inflación y la disciplina fiscal. ¿Y cuál es el problema? Pues que cuando tienes una economía que depende cada vez más de las importaciones, no hay vínculos entre las empresas y la preparación de los trabajadores es escasa, dichas políticas, en lugar de disminuir estos problemas, los acentúan, porque se depende casi por completo de las inversiones provenientes de otras naciones y de las exportaciones (petróleo, maquila e incluso remesas). Y es que para que los extranjeros decidan meter su lanita aquí, necesitan sentirse seguros de que no van a perder, que no habrá devaluaciones bruscas ni nada que los espante. Aún a costa del crecimiento económico del país. Pero ¿en donde invierten? Dado que no son muchas las opciones privadas, sólo queda una cosa por hacer: que participen en las empresas públicas. De ahí la urgencia de privatización de Pemex y el sector energético en general.

Que no nos engañen, ni el sector privado garantiza un mejor servicio, y aunque así lo fuera, los costos son mayores. Es como si la casa donde vivimos fuera de nuestra propiedad, y hay que cambiar los baños porque ya no sirven. Y para repararlos se los vendemos a otra persona que promete dejarlos como si fueran los del Restaurante El Lago. Pues chido, pero ahora cada que queramos liberar a Willy o echar al topo de cabeza, tendremos que pedir permiso o pagar renta o atenernos al horario que nos impongan. ¿No sería mejor pagar nosotros la remodelación o pedir un crédito para así hacerlo? Opciones hay, el problema es cuando eres tan débil y debes tantos favores, que eres incapaz de decidir por cuenta propia. Valiente hubiera sido el espurio si luchara por los intereses de la nación, no por entregar nuestras riquezas a unos cuantos, como algunos medios de comunicación nos quieren hacer creer.

De regalo les dejo esta bonita imagen...