octubre 16, 2009

Petróleo sangriento: Enrico Mattei

(Este post lo escribió PerroCallejero, pero por algún motivo, no había podido subirlo)

Enrico Mattei nació en 1906 en Acqualagna, en la región de Las Marcas, situada en el centro de Italia. Proveniente de una familia modesta donde el único que trabajaba era su padre, y como el salario de éste como policía no daba para mucho y dado su limitado nivel de educación, Mattei es enviado a una fábrica de pinturas como aprendiz, donde años más tarde se convertiría en gerente. Tiempo después viaja a Milán para seguir una carrera como comerciante.

Durante la Segunda Guerra Mundial se unió a la resistencia como partisano blanco, o sea dentro del grupo de los demócratas cristianos, y es en este contexto que se convierte en uno de los líderes de los CLN (Comités de Liberación Nacional), que eran organizaciones que se oponían al fascismo. Así, una vez finalizada la guerra, los CLN asumen la tarea de sacar adelante a varias compañías que estaban en malas condiciones, y así es como al buen Enrico tomó a su cargo la empresa italiana Agip (Agencia Italiana de Petróleo). Inicialmente, el propósito era desmantelar dicha compañía debido a sus grandes deudas, pero cuando se encontraron depósitos de metano en la Padania, Mattei lucha porque la empresa sea sanada.

Tras la consolidación de Agip y la construcción de varios oleoductos, se planteó la cuestión del aprovechamiento del petróleo, del cual Italia dependía en buena medida de las llamadas “Siete Hermanas”, nombre que le dio Mattei a las principales empresas petroleras y actúan como cártel y quienes además dirigían el cuasi monopolio de los pozos de petróleo en los países del tercer mundo, lo cuales eran explotados –o son explotados- de forma colonial, beneficiándose enormemente con altos beneficios.

Mattei se puso entonces en 1953 a la cabeza del ENI (Ente Nazionale Idrocarburi y nuevo nombre de la Agip) y comienza a tratar con los países subdesarrollados para mostrar solidaridad con su pasado colonial y abrir de esta forma una puerta para unas relaciones más igualitarias, reconociendo la dignidad de cada nación. A raíz de estos acuerdos, el 27 de octubre de 1962, el pequeño avión en que viajaban Mattei, se estrelló en el campo milanés, causando la muerte del presidente del ENI. Años después, las investigaciones confirman la presencia a bordo de 150 gramos de TNT.

Nunca nadie se adjudicará el atentado, pero lo cierto es que las Siete Hermanas pudieron continuar con sus políticas monopólicas y todavía hoy, los países productores de Asia y África padecen condiciones de pobreza y atraso.

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