octubre 26, 2009

Duele, pero se siente rico

Estoy todo mojado, me duelen las piernas, las rodillas empiezan a temblar, mi boca está seca y tengo la lengua de fuera como perro por lo cansado que estoy. Pero todo valió la pena.

Y es que el sábado pasado corrí 10 km sobre Av. Reforma junto con otras 16 mil personas en un evento organizado por Nike. Es la primera vez que corro de noche y la verdad, es más agradable que hacerlo en la mañana: uno no tiene que madrugar, ya vas bien comido, es padre recorrer el circuito en medio de la obscuridad...

T. Skywalker llegando a la meta (el tiempo de chip fue 58 min...)

Si para mí correr es la mejor terapia que existe , hacerlo en una carrera lo es más, y en un evento como el del sábado, la sensación es de satisfacción total. A pesar de que había un chingo de gente que te impedía ir rápido, disfruto mucho la forma en que te van animando y jalando para no detenerte. El pasar de noche sobre Reforma y un par de millas sobre Chapultepec animan a cualquiera y además, en el paso a desnivel de Constituyentes que te mete al Bosque, pusieron una iluminación tipo antro y música que te daban ganas de meterle más rápido. Y la compañía, bueno, tengo que admitir que tenía mis dudas al principio, pero al final salió bien: todo el recorrido me fue jalando, pudimos platicar un rato, y sobretodo me quedó mucho más claro cómo serán las cosas de ahora en adelante.

En fin, si normalmente el correr me tranquiliza, esta vez no fue así, pero para bien. Me sirvió mucho para pensar en mí, saber quien soy, qué quiero y qué necesito hacer para lograrlo. Por eso, sin que suene al reto Bonafont o campaña de Televisa, los invito a ponerse los tenis y salir a las calles. Verán lo satisfactorio que es el vencerse a uno mismo.

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