¡Quién retiene al amor!...
Tanto es mi amor, por todos mis amores,
que en el jardín de la existencia mía
a verlas marchitarse día a día
preferí siempre deshojar sus flores.
Cuanto más encendidos sus colores
mueran en su triunfante lozanía,
más triste que la muerte es el agonía
de un amor entre dudas y temores.
Triste fin de un amor, cuando engañoso
quiere fingir que a su pesar nos deja,
y más ofende cuánto más piadoso.
¿Y qué logrará la importuna queja
del ofendido corazón celoso?
¡¡Quién retiene al amor... cuánto se aleja!!
J. Benavente
agosto 30, 2009
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